Los OOPArt son Out Of Place Artifacts. Objetos fuera de lugar. El término hace referencia más bien al tiempo y no al espacio. Artefactos que no corresponden (en principio) a la época en que se hallan datados efectivamente.
Anteriormente se habló aquí de la Máquina de Antikitera y se demostró que los griegos clásicos no eran tan embrutecidos como se pensaba, y que los zotes eran los científicos del S. XX., que creían que la tecnología fue siempre posterior a la Revolución industrial.
Otro ejemplo lo constituye la Pila de Bagdad:
Anteriormente se habló aquí de la Máquina de Antikitera y se demostró que los griegos clásicos no eran tan embrutecidos como se pensaba, y que los zotes eran los científicos del S. XX., que creían que la tecnología fue siempre posterior a la Revolución industrial.
Otro ejemplo lo constituye la Pila de Bagdad:
Fue encontrada durante unas excavaciones en Khuyut Rabbou..a en 1.936. Consiste en un recipiente de cerámica de unos 15 cm de altura recubierto en su interior por asfalto. En su boca presentaba una barra de hierro alojada en el interior de un tubo cilíndrico de cobre. Ambos elementos estaban fijados por un tapón asfáltico.
Experimentos realizados empleando reconstrucciones de este artefacto han demostrado que basta añadir un electrolito como vinagre, zumo de uvas o agua de mar para que este objeto se transforme en una batería eléctrica. Por ejemplo, Patrick Ferryn empleó vinagre y obtuvo un voltaje de 0,5 V. Henri Broch probó con agua de mar y obtuvo los mismos resultados.
Está datada en el Siglo I a. de C. La misma fecha que la Máquina de Antikitera.
La única utilización tecnológica que se ha propuesto seriamente es que pudieron servir para dorar objetos.
Sin embargo, Gerhard Eggert pone en duda también este posible uso. El bajo voltaje producido por estas pilas haría necesario un periodo de tiempo excesivamente largo para producir un efecto visible.
No debemos pensar en los pueblos antiguos como un montón de idiotas incapaces de crear nada por sí mismos salvo que tuvieran la inspiración de los atlantes o los extraterrestres. Por el contrario sabemos que tanto los griegos como los romanos tenían algún conocimiento sobre la electricidad. Esta afirmación puede resultar sorprendente, pero es contrastable en la literatura de la época. En la obra Composiciones de Scribonius Largus se cita como remedio para los dolores la introducción del miembro correspondiente en una vasija que contenga un pez torpedo vivo (el pez torpedo es un pez que produce descargas eléctricas). Por Claudio Eliano en su obra Historia de los Animales sabemos que los romanos habían desarrollado incluso aislantes para evitar las descargas de los peces torpedo.
Sea cual sea la explicación, está claro que este objeto no supone ninguna revolución en el conocimiento de la época. Todo lo más, sería una prueba de que los avances tecnológicos que se producen en un momento en que las condiciones económicas, sociales o políticas no permiten su desarrollo están condenados al fracaso.
http://digital.el-esceptico.org/
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