4 de mayo de 2008

Stonehenge, un pufo.

Todos aquellos que han escrito decenas de libros sobre cómo la alineación de sus losas representa un reloj espacio-temporal, todos los que han bailado a su alrededor en la Noche de San Juan al ritmo de batukadas, todos deberían saber que Stonehenge fue reconstruído en 1919 al antojo de unos individuos que no documentaron su actuación.

El alcance de este proceso de reconstrucción ha sido descubierto por Brian Edwards, un estudiante que estaba investigando para su tesis doctoral en la University of the West of England en Bristol. Sus sospechas comenzaron cuando descubrió para su sorpresa que el complejo megalítico de Avebury no es sino una recreación llevada a cabo por el arqueólogo Alexander Keiller, quien virtualmente volvió a construir todo el conjunto.Edwards, cuyos descubrimientos aparecen en un libro de reciente publicación titulado Seeing History: Public History in Britain Now, ha declarado: "Lo que conocemos como Stonehenge es una reminiscencia de cómo podría haber sido originalmente, una recreación... Ha sido creado por la industria del patrimonio no por el hombre primitivo". De los estudios de Edwards se deduce que la forma actual del monumento apenas tiene 100 años."Con Stonehenge se cometió una atrocidad arqueológica y la verdad ha sido ocultada durante años".
La primera gran restauración se llevó a cabo en 1901 cuando una de las piedras fue enderezada y fijada con cemento. La siguiente fase comenzó en 1919, el año después de que Sir Cecil Chubb donase el monumento al país, y fue en aquel momento cuando se llevaron a cabo los cambios más radicales.Un total de seis bloques de piedra fueron movidos y levantados en una obra dirigida por el coronel William Hawley, miembro de la Stonehenge Society. Ni la guía oficial, ni las grabaciones para los turistas informan a los visitantes de que se haya llevado a cabo una operación de reconstrucción. Christopher Chippindale, conservador Cambridge University Museum of Archaeology and Anthropology y autor de varios trabajos sobre este monumento ha declarado su disgusto por la noticia y ha confirmado que estos trabajos se llevaron a cabo de una manera arbitraria y acientífica.

Pintado por John Constable en 1836, antes de la reconstrucción. (Nótese cómo estaba hecho una mierda)

Hoy en día. Igualico, oiga.

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