4 de mayo de 2008

Oak Island.

Frente a la costa de Nueva Escocia se encuentra Oak Island, una isla pequeña y de forma irregular. Pero sus pequeñas dimensiones no guardan relación con el asombroso enigma que yace oculto debajo de la engañosamente inocente superficie. Circulan rumores sobre un fabuloso tesoro de piratas, de valor casi incalculable. Hallazgos realizados durante las exploraciones indican una posible tragedia y una verdadera hazaña de ingeniería por parte de quien escondió el tesoro dando pruebas de un ingenio casi sobrenatural.
Todavía no se sabe cuál será la solución definitiva, pues, durante casi doscientos años, Oak Island ha frustrado todos los intentos de arrancarle su secreto.


Los primeros en probar fueron Daniel McGinnis, de dieciséis años, y dos compañeros, que remaron hasta allí, desde la tierra firme canadiense y a través de la bahía de Mahone, en 1795. En un claro del boscoso extremo oriental de la isla, descubrieron el aparejo de un viejo barco, colgado de un único ábol sobre una depresión rellenada. Intrigados, empezaron a cavar y descubrieron la boca de un pozo circular de cuatro metros de diámetro. A una profundidad de tres metros, encontraron los muchachos la primera y gruesa plataforma de madera de roble. A seis metros, encontraron otra, y a nueve metros, una tercera.


La excavación de la dura tierra agotó física y espiritualmente a los jóvenes buscadores de tesoros. Pero habría otros que ocupasen su sitio. El trabajo se reanudó en 1804, financiado por Simeon Lynds, acomodado vecino de Nueva Escocia. Los excavadores de Lynds encontraron otras cinco plataformas de roble, a intervalos de tres metros de profundidad, tres de las cuales habían sido cerradas con masilla y una capa de fibras de coco. A treinta metros, encontraron la que fue llamada «piedra clave», en la que aparecían inscritos unos símbolos enigmáticos que alguien interpretó como «tres metros más abajo, hay enterrados 10 millones de dólares». La cantidad sería enormemente mayor en dólares actuales.
A unos tres metros por debajo de la piedra clave, la palanca de un minero chocó con algo sólido, que se creyó que sería un cofre del tesoro. Los hombres de Lynds dieron por terminada la jornada. A la mañana siguiente, el pozo se había llenado de agua hasta una profundidad de veinte metros.
El Pozo del Dinero hizo quebrar a Lynds, como a todas las expediciones parecidas que le siguieron. Con los años, se han sacado del pozo indicios tentadores suficientes, como trozos de cadenas de oro e indicaciones de cámaras conteniendo cofres de madera, para que sigan volviendo allí los buscadores de tesoros.

El misterio de lo que contiene el Pozo del Dinero aumentó cuando se descubrieron dos canales a niveles de 35 y 50 metros. Llenos de fibras de coco, ambos conducían a las playas de la isla, donde parece que servían como esponjas, absorbiendo agua del mar para llenar con ella continuamente el pozo. Las fibras de coco parecen indicar que el tesoro oculto procedía del sur del Pacífico.
Los buscadores de tesoros continúan vertiendo dinero en el frustratorio pozo, jugándose la vida de pasada. Daniel Blankenship, ex contratista de Miami, dirige las excavaciones de Oak Island para «Triton Alliance Ltd.», consorcio de cuarenta y ocho miembros de ricos canadienses y estadounidenses. Blankenship estaba una vez dentro del pozo cuando empezaron a ceder, a dieciocho metros por encima de su cabeza, los encofrados de acero que sostenían los lados. Los trabajadores le sacaron del pozo sólo segundos antes de que éste se hundiese.
Como ya había invertido 3 millones de dólares en la empresa, Blankenship y Triton juraron seguir adelante. Ahora, según David Tobias, presidente de Triton, la obra es «con toda probabilidad, la excavación arqueológica más honda y más cara que jamás se haya hecho en Norteamérica.». El nuevo plan exige la construcción de un enorme pozo de acero y hormigón, de veinte a veinticinco metros de anchura y setenta de rofundidad, que revelará, de una vez para siempre, lo que hay en el fondo del Pozo del Dinero. ¿Coste calculado? Diez millones de dólares.

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